lunes, 29 de agosto de 2011

¡Maldita arena!

Hace un par de semanas, comencé una discusión habitual con mi hija de trece años: ¿a qué playa ir?.
En Ferrol tenemos la fortuna de poder elegir entre media docena, cada cual mejor.
El caso es que si en esa hay moscas, en la otra algas, en la de más allá piedras en bajamar, que si pulgas.
Me arranqué con el también discurso de siempre, que si todo nos molesta, que queremos llegar con el coche a la misma orilla, que si todos los elementos tienen una función y hay que convivir y disfrutar con ellos, que si bla bla bla...
 ¡Que sííí, pesaooo!, ¡que ya lo sé!
Mira, continué, si echaran cemento a 200 m. de playa probablemente estarían llenos de gente.
¡Cualquier día nos va a molestar la arena!
¡Exageraoooo!
Ahí quedo la cosa, hasta que hace unos días, estaba con ella en el lugar donde saqué la foto y subió un cuarentón, como yo, cargado de bolsas. Al llegar a su familia dijo sacudiéndose los pies (textual):
¡A ver cuando inventan una playa sin arenas!
Yo no pude reprimir un ¡ Joooderrrr! ni mi hija una carcajada.
Cuando acabó de "limpiarse" y se fue, allí seguíamos, mirando la playa.

- ¿Te la imaginas?
 Me miró sonriendo y me dijo un rotundo ¡Nooo!
(Me sentí bien)

Tenía que contároslo...
Un saludo

3 comentarios:

Antonio Gutierrez Pita dijo...

Que pasa Pacooooo.
Hay gente que le gustaría una playa con moqueta en lugar de arena, que el mar no tuviese salitre, que mancha y reseca, que no hubiese balanos en las rocas, que pinchan en los pies; vamos que hay por ahí algunos gilipollas, a los que les gustaría la playa de los clicks de Famobil, o las que venden para las tortugas de florida.....

Xabier Prieto Espiñeira dijo...

Paco, tío, se algún sádico demente foi capaz de inventar algo tan aberrante como a cervexa sen alcohol, han aparecer praias sen area tamén. Todo se verá.
Pero os cans sen correa asustando todo bicho vivinete si que non os han retirar, por suposto.
Un abrazo.
Xabi

Marcos Suárez dijo...

Que bueno Paco, me ha encantado leerlo, será porque me he visto dando el mismo discurso con los míos.
Gracias por compartirlo
Un abrazo